Se trataría de uno de los pactos de libre comercio más complejos y ambiciosos de la historia, que abarcaría la mayor alianza económica del mundo con cerca de US$927.000 millones de bienes y servicios transados al año.
Estados Unidos considera iniciar negociaciones con miras a firmar un acuerdo de libre comercio transatlántico que abra los protegidos mercados agrícolas de Europa, elimine aranceles y reduzca las normas que frenan el comercio y la inversión transfronteriza.
Los funcionarios europeos están deseosos de empezar las negociaciones de cara a un acuerdo que consideran como una fuente muy necesaria de crecimiento para una región que corre el riesgo de caer en su segunda recesión desde que se desató la crisis financiera. Aunque la política comercial normalmente divide a los países de la región, los 27 gobiernos que integran la Unión Europea respaldan el lanzamiento de las conversaciones.
El gobierno estadounidense, por su parte, está más dispuesto a negociar que en años anteriores, a pesar de que el entusiasmo es menor que el exhibido por los europeos. EE.UU. considera un amplio acuerdo de libre comercio como una forma de abrir los mercados agrícolas de Europa y, posiblemente, flexibilizar las restricciones sobre los cultivos transgénicos que ha criticado durante años. Funcionarios estadounidenses dicen que aún no se ha tomado ninguna decisión política para iniciar negociaciones de este tipo y recalcan que el presidente Barack Obama es partidario de un pacto siempre y cuando sea “amplio”, abra los mercados europeos a las exportaciones agrícolas de EE.UU. y pueda ser concluido de forma relativamente rápida.