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Redacción: La diferencia entre un “egecutibo” y un ejecutivo

Escribir con faltas ortográficas afecta la imagen personal y profesional
No son todos, claro está. Pero hay muchos profesionales -como ingenieros comerciales, industriales o contadores, por ejemplo- que tienen dificultades para escribir correctamente. Faltas ortográficas, errores de sintaxis y poca claridad al expresar en el papel sus ideas, son vicios recurrentes. ¿Pueden revertirlo? Sí, es una técnica que se aprende. ¿Tienen responsabilidad las universidades y escuelas de negocios? También, por eso expertos sugieren aumentar los cursos respectivos y hacerlos obligatorios.

“En mi ex trabajo veía no sólo errores, sino que horrores ortográficos. Hay uno que recuerdo especialmente porque me dio vergüenza ajena”, dice un periodista que se desempeñaba como asesor comunicacional en una compañía del rubro financiero. Continúa su relato: “parte de mi labor, precisamente, consistía en corregir esos documentos. Pero un día un gerente, que tiene en su currículo un MBA, envío un correo en el que decía 'el reemposable', queriendo decir 'el responsable'. No fue un mal tipeo; él creía que, efectivamente, la palabra se escribía así porque unas líneas más abajo lo repitió: 'el reemposable'”.

"La tarea del gerente, en épocas de crisis, es crear una nueva cultura en la organización"

El papel más importante del líder es inculcar confianza en la gente
Julio Ramírez, profesor pleno de Incae Business School y doctor de Harvard, ofrece en esta entrevista algunas ideas útiles para que los gerentes de hoy guíen la organización en períodos difíciles.

Suponiendo que la crisis parece haber llegado a su máximo, rápidamente la gerencia pasa de estar abocada a garantizar la existencia en el corto plazo, a estar abocada a ser sostenible en el largo plazo. En este punto la gran interrogante es si es el mismo estilo de liderazgo, el que se necesita para concluir exitosamente la tarea por delante.

Con esta idea, Julio Ramírez, doctor de Harvard y profesor pleno de Incae Business School, presenta algunas ideas útiles para el gerente de hoy, que enfrenta lo que se conoce como gerencia en períodos difíciles.

-¿Cómo podría definir una época difícil o de crisis?

Los tiempos difíciles son tiempos de crisis, de cambio, de oportunidad. No son necesariamente tiempos adversos. Tiempos difíciles podrán ser adversos o no dependiendo de cómo los enfrente usted. Muchas empresas que logran superar con éxito tiempos difíciles, lo han hecho por su capacidad de convertir amenazas y problemas en oportunidades.

-¿Qué elementos identifican que una empresa está en crisis?, ¿cómo se debería actuar?

¿Quién tiene material de CEO?

Por vieja que sea la pregunta de si un líder nace o se hace, la respuesta sigue inconclusa
El reconocimiento de qué atributos son los más comunes entre los CEOs ha sido últimamente una meta común entre varios expertos. El optimismo aparece como cualidad dominante más allá de diferencias geográficas y culturales.

Por vieja que sea la pregunta de si un líder nace o se hace, la respuesta sigue inconclusa, con fervientes defensores en ambos lados del espectro. En cuanto a los estilos de management, tampoco se puede designar una fórmula ganadora, puesto que se ven gerentes y ejecutivos que desempeñándose de formas distintas logran llevar sus compañías al éxito.

Sin embargo, al menos en lo que respecta a los líderes corporativos, más específicamente los CEOs, parece que un grupo de características puede facilitar la escalada de la ladera corporativa a los ejecutivos que apuestan por ocupar la silla cabecera. Según el estudio Managerial Attitudes and Corporate Actions, realizado por un equipo de investigadores de la estadounidense Fuqua School of Business de la Duke University, el optimismo es la cualidad más frecuente.

¿Pero qué otros rasgos de carácter o conductas ayudan a desempeñarse en esta posición? ¿Hasta qué punto el entorno cultural influye en la percepción de las mismas? En definitiva, ¿qué se busca en un buen CEO?

El debate sobre la productividad en la oficina moderna

La calidad es siempre tan importante, si no más, que la cantidad
¿Qué es más importante: la cantidad o calidad del trabajo? Este reportaje aborda dicha interrogante y, al parecer, la conclusión es administrar con cautela a los trabajadores altamente productivos, pues ello puede ser tan imprescindible como mejorar el rendimiento de los rezagados.

El mundo entero conoció el memorándum escrito, a finales de febrero, por la consejera delegada de Yahoo, Marissa Mayer, en que ordenaba que los empleados de la empresa que trabajaban en casa volvieran a la oficina. Con ello, Mayer desencadenó un debate feroz sobre la productividad en el lugar de trabajo. "A menudo velocidad y calidad se sacrifican cuando trabajamos en casa", escribió la jefa de recursos humanos de la empresa en un memorándum que se filtró fuera de compañía, insinuando que los empleados que trabajaban en casa eran menos productivos que los que lo hacían en dependencias de la firma.

Tonterías, contestaron los defensores de los acuerdos laborales flexibles: sin interrupciones de los compañeros de trabajo o pérdida de tiempo en el tráfico, quien trabaja en casa es muchas veces más productivo que sus compañeros de la empresa, y no menos.
¿Qué es más importante: la cantidad o calidad del trabajo?
Ese debate llama la atención sobre una cuestión más amplia que va más allá de las dificultades que hoy enfrenta Yahoo: el desacuerdo generalizado y la falta de claridad en torno a lo que constituye productividad en la fuerza de trabajo moderna.

Más de 50 años después de que el gurú de gestión Peter Drucker escribiera por primera vez acerca de la dificultad de definir y medir la productividad de los trabajadores que desempeñan funciones intelectuales, especialistas en gestión dicen que muchas empresas todavía tienen un rendimiento precario en esa área. "En general, las empresas no se han enfrentado de hecho a la cuestión de cómo pensar sobre la productividad en la economía del conocimiento, mucho menos cuál sería la mejor manera de gestionarla", observa Jordan Cohen, especialista en productividad de PA Consulting Group.

En su definición más básica, la productividad del empleado es simplemente la medida del grado de eficiencia con que él trabaja: ¿cuánto produce por cada cuatro horas dedicadas al trabajo?