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Lo positivo, lo negativo, lo pendiente y reflexiones sobre la devaluación


La historia económica venezolana contemporánea ha estado caracterizada por sucesivas devaluaciones. Antes de la devaluación de la semana pasada, la última devaluación de la moneda fue en el 2005, cuando el tipo de cambio pasó a 2,15 bolívares por dólar.

Lo positivo

1. La devaluación ayudará al gobierno a cubrir el presupuesto y otras obligaciones de gasto este año, tomando en consideración que anteriormente los dólares recibidos por las exportaciones petroleras se liquidaban al cambio de 2,15, ahora lo harán al cambio de 4,30 bolívares por dólar, lo que permitirá obtener 100% más de bolívares por cada dólar de los ingresos petroleros, generándose fondos disponibles para pagar deuda y otras obligaciones, incluyendo las de PDVSA, eliminándose parte de la presión que ha venido teniendo como consecuencia del atraso de sus obligaciones en bolívares. Esto indica que la medida de la devaluación tiene un gran componente fiscal.

2. El gobierno asegura los recursos para continuar sus elevadas contribuciones a los programas sociales.

3. Un bolívar más débil estimula las exportaciones no petroleras (por cada dólar exportado se reciben más bolívares) y desestimula las importaciones (por cada dólar recibido para importar ahora debes pagar dos veces la cantidad en bolívares). El estimulo a las exportaciones debe venir acompañado por otras medidas que creen certidumbre en el mercado e incentiven el clima de inversión. Recordemos que cuando se devalúa el bolívar, los exportadores celebran en vista de que se estimula la producción nacional para los rubros a ser exportados por lo que el cambio resultaría más rentable dado el incremento del ingreso en bolívares. No obstante, los importadores no lo celebran de igual manera.

4. Los consumos con tarjetas de créditos en el exterior serán liquidados al cambio vigente a la fecha del posteo de la operación.

Lo negativo

1. Los venezolanos sentiremos que el bolívar se ha debilitado causando mayor presión en el alza de los precios de los alimentos, vehículos, repuestos y demás rubros, disminuyendo el poder adquisitivo de nuestra moneda y empobreciendo más a los venezolanos. La inflación subirá fuertemente este año por el impacto de la devaluación.

2. Se hace más costoso para los venezolanos viajar al exterior, en vista de que para acceder a las divisas se debe invertir ahora el doble.

3. Para las personas naturales o jurídicas que tienen deudas en monedas extranjeras, la situación no se perfila tan alentadora, ya que tienen que lidiar con los efectos económicos que les genera la medida, por cuanto, quienes realizan operaciones con bolívares y desean acceder a las divisas deberán invertir el doble.

4. La cartera de inversiones en títulos valores de la banca, debería disminuir o no aumentar en lo que a los papeles del Estado se refiere. Esto podría causar una caída en los ingresos financieros generados por la cartera de inversiones, afectándose los resultados de algunos bancos sobre todo aquellos con fuertes sumas invertidas en papeles del Estado. Esto como consecuencia de que el gobierno no requeriría más endeudamiento interno e inclusive puede disminuir la deuda pública interna, al menos por este año.

Lo pendiente

1. Se espera una corrección en los precios de los productos regulados.

2. Qué va a pasar con las deudas adquiridas el año pasado por los proveedores a los cuales Cadivi aún no les ha cancelado y cuya cifra se estima entre 5.000 y 8.000 millones de dólares. De señalarse que estas deudas se han de cancelar a la nueva tasa de cambio, se generará un fuerte impacto en el flujo de caja de quienes se encuentren en esta situación.

3. Cuáles serán en detalle los productos que podrán ser importados con dólar a 2,60 bolívares y cuáles a 4,30 bolívares.

4. Queda por esperar ver la eficiencia y manera oportuna en que Cadivi y el Banco Central de Venezuela (BCV), actúen en la asignación y liquidación de divisas. Estas instituciones serán una referencia para evaluar la medida de la devaluación.

5. Queda por aclarar las importaciones a través del mercado permuta.

Reflexiones

A partir de ahora habrá dos cambios. Uno (Bs.F 2,60 por dólar) para importaciones hechas por el sector público y para primera necesidad (como medicamentos y alimentos) y otro (Bs.F 4,30 por dólar) mucho más devaluado para el resto de importaciones.

Con esta medida el gobierno pretende es premiar la producción interna y castigar las importaciones, con lo que teóricamente se genera más empleo y se ayuda a fortalecer el déficit comercial.

Sin embargo existe una contrapartida, y es que alejas a la inversión extranjera, ya que los beneficios que tenía las empresas extranjeras de sus inversiones se han devaluado. Y esto, en un país como Venezuela, sin prácticamente industria aparte del petróleo, es un riesgo.

Si tienes un sistema productivo en fuerte caída (el sector manufacturero disminuyo 7,2% en el 2009), tienes que importar, por muy caro que sea. Y esto conduce a la inflación, siendo además Venezuela un país muy inflacionista (25,1% en 2009). Si las inversiones extranjeras se retiran y el sector privado nacional tampoco realiza inversiones ¿quién va a generar empleo? Y ya hemos indicado que la devaluación es necesaria pero no suficiente para incentivar el sistema productivo privado venezolano.

Ante esta realidad se deberían garantizar estabilidad jurídica y cambiaria para las empresas extranjeras y venezolanas, que generan empleo, y poco a poco aprovecharse de estas inversiones para consolidar una industria propia, aparte de la del petróleo. Igualmente se requiere ajustes fiscales y monetarios y eliminar las distorsiones macroeconómicas. El hecho de que el sector manufacturero haya caído 7,2% en el 2009, en Venezuela, tiene que generar en el gobierno una gran reflexión, pues este sector aporta el 16% del PIB de Venezuela y su caída influye en el consumo, empleo, inversión, recaudación fiscal y atenta contra las reservas internacionales. Si estos indicadores no mejoran, difícilmente la economía crecerá en 2010.

Análisis realizado por el Econ. César Aristimuño, Presidente de Aristimuño Herrera & Asociados.
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