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¿Quiere ser CEO? Póngase en forma

Tim McNair, gerente general de Martin Guitar, realiza una rutina de ejercicios al menos tres veces por semana. El ejecutivo se propone bajar 30 kilos.

Nuevas investigaciones sugieren que unos cuantos kilos de más o una cintura ligeramente más gruesa afecta la percepción sobre la capacidad de liderazgo de un ejecutivo, así como su vigor en el trabajo.
Aunque los entrenamientos para maratones y el ejercicio de madrugada no forman parte de las tareas propias de un gerente, los expertos en liderazgo y reclutadores de ejecutivos indican que mantenerse en forma es ahora prácticamente un requisito para cualquier persona que aspire a ocupar la oficina principal.
"Debido a que las exigencias del liderazgo son bastante extenuantes, el aspecto físico tan importante como todo lo demás", destaca Sharon McDowell-Larsen, una fisióloga de ejercicio que dirige un programa de entrenamiento físico para ejecutivos para el Centro de Liderazgo Creativo (CCL, por sus siglas en inglés), una organización sin ánimo de lucro.
Aunque el peso sigue siendo un tema de conversación tabú en la oficina, es difícil pasarlo por alto. Un ejecutivo pesado es considerado menos capaz debido a conjeturas sobre cómo el peso influye en la salud y la energía, asevera Barry Posner, profesor de liderazgo de la Escuela de Negocios Leavey de la Universidad de Santa Clara. Dice que no puede nombrar a un solo presidente ejecutivo con sobrepeso en la lista Fortune 500. "Tenemos estereotipos acerca de los gordos, así que cuando vemos a un alto ejecutivo con sobrepeso, nuestra reacción inicial no es positiva".

El personal del CCL detectó esta correlación tras recopilar cientos de evaluaciones de desempeño realizadas por colegas y resultados de exámenes médicos de presidentes ejecutivos y otros gerentes de alto rango que participaron en sus seminarios de liderazgo de una semana en Colorado Springs, en el estado de Colorado. Un par de investigadores universitarios, con datos de 757 ejecutivos medidos entre 2006 y 2010, hallaron que el peso en efecto podría influir en las percepciones de los líderes a los ojos de sus subordinados, compañeros y superiores.
Tim McNair, gerente general del fabricante de guitarras C.F. Martin & Co., con sede en el estado de Pensilvania, confesó que se inspiró para realizar cambios tras ver su "barriga" en cámara durante un ejercicio de oratoria en un reciente seminario del CCL. Se preguntó si sus colegas tenían la misma reacción ante su apariencia.
Por lo tanto, el ejecutivo de 44 años, quien dijo que las evaluaciones de sus colegas fueron algo severas, volvió a inscribirse en el gimnasio local, al que asiste al menos tres días por semana para usar la cinta de correr, la bicicleta o simplemente estirarse. Además ha abandonado las hamburguesas dobles con queso, el bistec, el helado, la Coca-Cola y los pasteles, optando en su lugar por una dieta más saludable a base de granos y verduras. En cuatro meses, bajó unos 11 kilos.
La obligación de los ejecutivos de estar en forma es un fenómeno relativamente nuevo, señala Ana Dutra, presidenta ejecutiva de la consultora de liderazgo y búsqueda de empleados Korn/Ferry . Antes, el típico jefe de la empresa pasaba todo minuto del día en el trabajo, sacrificando el ejercicio, las vacaciones y los partidos de fútbol de sus hijos por el bien de la empresa. Se esperaba que los empleados admiraran y emularan esta dedicación. Ahora, se espera que los ejecutivos se tomen su tiempo para "revitalizarse", puntualiza Dutra.
Ella atribuye el cambio de rumbo a las muertes repentinas de presidentes ejecutivos de alto perfil, como Jim Cantalupo, el ex jefe de McDonald's Corp., quien murió de un infarto en 2004, 16 meses después de asumir el mando. Su sucesor, Charlie Bell, murió de cáncer menos de un año después, a la edad de 44. En 1997, el presidente de Coca-Cola Co., Roberto Goizueta, que era fumador, murió a unas semanas de ser diagnosticado con cáncer de pulmón.
Los presidentes ejecutivos en la actualidad son además más visibles que sus antepasados y deben estar listos para salir en cámara en cualquier momento, guardar su compostura al cortejar a inversionistas y estar preparados para responder en caso de una emergencia en la empresa. El exceso de peso podría comunicar debilidad o "falta de control", indica Amanda Sanders, una consultora de imagen de Nueva York que ha trabajado con altos ejecutivos de firmas de la lista Fortune 500.
"Es la imagen del liderazgo la que uno presenta", dice Mark Donnison, de 47 años y director ejecutivo senior de Canadian Blood Services, quien ha bajado 11 kilos desde que comenzó por las mañanas una rotación de ejercicios cardiovasculares, de pesas y yoga el verano pasado. "La gente sí ve cómo vive uno".
Las empresas buscan líderes con resistencia física, para administrar mejor los negocios globales y resolver problemas complejos, señala Posner, quien asesoró a Dow Chemical Co. sobre cómo entrenar a líderes globales de alto potencial en 2010 y 2011. Estos líderes recibieron instrucciones de programar períodos regulares de ejercicio para poder aguantar los contantes viajes y las exigencias de su actividad en el extranjero. El curso de capacitación incluso incorporó clases como Zumba, Pilates, tai chi y yoga, cuenta Dawn Baker, directora global de gestión de talento de Dow.
Fuente: The Wall Street Journal

1 comentario on "¿Quiere ser CEO? Póngase en forma"
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