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Aprenda de la mafia

Louis Ferrante, ex miembro de la mafia estadounidense
Louis Ferrante, ex miembro de la mafia estadounidense, ofrece en este libro 88 lecciones de la Cosa Nostra que pueden aplicarse al mundo de los negocios, aunque sin necesidad de violencia.

En la famosa película “El Padrino”, Vito Corleone es la autoridad máxima en su hogar, pero también es un gran líder fuera de él. Y es precisamente ahí donde “el jefe” muestra el lado más humano de las mafias. Corleone no sólo es un padre amoroso, un esposo fiel y dedicado, sino que sobre todo un hombre de palabra, respetado hasta por sus rivales del crimen organizado.
Son estos valores: la lealtad y el respeto, los que hacen que actualmente sea más atrayente el mundo de las mafias. “Ser uno de los suyos”, pertenecer a la “borgata” o familia, como suele llamarse a este tipo de organizaciones, no deja a nadie indiferente.
Todo esto y más, es descrito, en el libro “Aprenda de la mafia”, de Louis Ferrante, ex miembro de la familia Gambino en Estados Unidos, que en 2003 abandonó la cárcel tras cumplir una condena de más de ocho años por distintos delitos.
Según la propia experiencia del autor, la mafia, a pesar de su merecida reputación de violencia, está integrada por miembros exitosos, empresarios sumamente astutos que han aportado una imagen poco común de visión para los negocios, e incluso una serie de sólidos valores, nacidos de sus orígenes.
El principal argumento de este libro se desarrolla en torno a este “sentido común” y la lealtad de la Cosa Nostra. “La mafia tiene un código ético, en el que siempre sabes a qué atenerte y donde la palabra es ley”, afirma Ferrante. De esta forma, y aunque resulte chocante en principio, el autor recalca que la mafia puede ser perfectamente un modelo de ética a seguir por el mundo corporativo.

En EE.UU., más empresas celebran el 'happy hour' en la oficina

El barril de cerveza se está convirtiendo en la nueva máquina de café. Al menos, eso es lo que está pasando en firmas estadounidenses como la agencia de publicidad Arnold Worldwide, de Boston.

Allí, los trabajadores se juntan alrededor de una máquina expendedora de cerveza —apodada Arnie— cuando terminan las reuniones con clientes. Mientras toman unos tragos, los empleados intercambian ideas y conversan, y a menudo se quedan en la oficina en lugar de ir a un bar cercano.

'Arnie' es la máquina expendedora de cervezas para los empleados de Arnold Worldwide.

Muchas empresas ofrecen comida gratuita a sus trabajadores, pero cuando el día laboral en muchas firmas de tecnología y medios se prolonga más allá de la hora del aperitivo, más compañías llenan sus heladeras de licores y cerveza, instalan tabernas y barriles de cerveza digitalizados dentro de sus oficinas, e incluso despliegan el talento de ingenieros para diseñar originales dispensadores.

La ventaja, afirman estas empresas, es que ayuda a atraer talento, conecta a los empleados de distintas divisiones y evita que la gente se vaya, a medida que los límites entre el trabajo y la vida social se vuelven más difusos.

Pero los abogados laborales temen que alentar el consumo de alcohol en el trabajo pueda llevar a que los empleados conduzcan ebrios e incitar la violencia, el acoso sexual o incluso la violación. Además, podría incomodar a algunos empleados o excluir a otros, como los que no toman por cuestiones de salud o religión.